martes, 15 de noviembre de 2011

"VIOLENCIA DE GÉNERO Y VIOLENCIA FAMILIAR"



PROYECTO PARA EL AMBITO LABORAL - ESPACIO VIVENCIAL

Somos un grupo de profesionales  del área de salud mental. Estamos preocupadas y queremos ocuparnos sobre las distintas problemáticas por las que estamos atravesados en lo sociocultural. De allí surge nuestra inquietud. Motivada por los distintos ámbitos que transitamos en nuestra profesión. Tratando de aunar  nuestra amplia experiencia y formación en el manejo de grupos, proponemos este aporte. Pensando el mismo para las distintas entidades institucionales, insertas en la comunidad.
Nuestro acercamiento a las empresas nace a partir de la inquietud presentada por empresarios preocupados por el bienestar de sus empleados. Esto surge por ciertos fenómenos que se manifiestan en el ámbito laboral. Dichos fenómenos tienen sus  efectos  tanto a nivel del presentismo, como en la productividad. Así mismo se ve reflejado en la preocupación de los compañeros con los que trabajan a diario.
Vivimos tiempos de pérdida de valores y  caída de las figuras de autoridad. Podemos  observarlo en la desarticulación de  los roles y funciones que los sujetos han perdido como actores sociales.  Esta pérdida ha ido reemplazando la posibilidad de reflexión y espera, exteriorizándose a través de la agresión.
Por lo tanto, proponemos un espacio de reflexión donde aquello que sienten y piensan pueda vehiculizarse en nuevas acciones. Poner en palabras ese malestar, a través de los dichos, de modo que la  palabra  va ir  tomando otros sentidos. Si bien en los  grupos hay personas que participan  de un modo silencioso, todo lo dicho y no dicho  cuenta.
  Motivado por los distintos malestares culturales y sociales  que atraviesa hoy nuestra sociedad, proponemos un espacio vivencial  sobre: “La violencia de género y la violencia familiar”.

PROFESIONALES:
           

 Lic. V. Carina Contartese.         Lic. Irene Glecer.            Lic. Cristina. S. Rodríguez.


“VIOLENCIA ESCOLAR Y VIOLENCIA FAMILIAR”


                                            

TALLER PARA LAS ESCUELAS
   
Somos un grupo de profesionales  del área de salud mental. Estamos preocupadas y queremos ocuparnos sobre las distintas problemáticas por las que estamos atravesados en lo sociocultural. De allí surge nuestra inquietud. Motivada por los distintos ámbitos que transitamos en nuestra profesión. Tratando de aunar  nuestra amplia experiencia y formación en el manejo de grupos, proponemos este aporte. Pensando el mismo para las distintas entidades institucionales, insertas en la comunidad.
 Nuestro acercamiento a las  escuelas nace a partir de la inquietud presentada por directivos y docentes preocupados por el bienestar de los integrantes de la comunidad educativa. Esto surge por ciertos fenómenos que se manifiestan en el ámbito educativo-laboral. Fenómenos como el “bullying”o acoso escolar, así como otros  modos de agresión.  También, la disconformidad de los padres ante las disposiciones y decisiones tomadas acerca de sus hijos frente a estos estallidos que irrumpen en la escuela. Estas y otras manifestaciones tienen sus efectos  en el logro de objetivos, como así también en la convivencia escolar.
Vivimos tiempos de pérdida de valores y  caída de las figuras de autoridad. Podemos  observarlo en la desarticulación de  los roles y funciones que los sujetos han perdido como actores sociales.  Esta pérdida ha ido reemplazando la posibilidad de reflexión y espera, exteriorizándose a través de la agresión.
Por lo tanto, proponemos un espacio de reflexión donde aquello que sienten y piensan pueda vehiculizarse en nuevas acciones. Poner en palabras ese malestar, a través de los dichos, de modo que la  palabra  va ir  tomando otros sentidos. Si bien en los  grupos hay personas que participan  de un modo silencioso, todo lo dicho y no dicho  cuenta.

PROFESIONALES:   Lic. V. Carina Contartese.  Lic. Irene Glecer.  Lic. Cristina. S. Rodríguez.
                                                                          

martes, 8 de noviembre de 2011

Los límites en la educación infantil

      
   Los límites son un marco de referencia, seguridad y contención; ayudan a los chicos a organizar su vida interior y exterior; a saber qué está bien y qué está mal, qué está permitido y qué prohibido.
         Al poner un límite enseñamos a los chicos a controlar sus impulsos, a pensar y a buscar opciones alternativas para enfrentarse a la vida.
         Si bien cada familia y cada hijo es único e irrepetible, detrás de un límite esta siempre la necesidad de nuestros hijos de ser contenidos y la nuestra de contenerlos.
         Son muchas las frases que escuchamos a diario cuando los papás y mamás sienten que algo tiene que cambiar: “ya no sé más que hacer con él”, “me siento agotada, hace lo que quiere”, “ni las penitencias ni los regalos evitan el escándalo”.
         ¿Cómo actuar frente a los berrinches/rabietas de mi hijo?
         Debemos entender que es absolutamente normal que nuestros hijos demanden, pidan y tengan deseo de todo en todo momento. Pero es imposible de ser satisfecho, y tampoco es sano para él.
         Marcando pautas claras desde el nacimiento, mostrándole lo que puede y no puede hacer, vamos poniendo límites y los “NO” bien claros, sin castigos físicos ni psíquicos.
         Debemos pensar también que los niños que no tienen límites dentro del hogar tampoco los tendrán en la institución escolar. Y aquí es donde los problemas se acentúan aún más. El primer y principal límite de los niños son sus padres, si estos no funcionan como corresponde, el colegio es poco lo que puede hacer al respecto.
          Algunas pautas a tener en cuenta en todo momento:
  • Mostrarnos seguros, pero con afecto, y hablándoles mucho;
  • Coherencia entre mamá y papá;
  • No dar dobles mensajes;
  • Respetar su enojo sin necesidad de intervenir, acompañándolo y dándole tiempo para que se le pase;
  • Ser concretos, dándole la explicación necesaria de acuerdo a la edad;
  • Limitarlos estando nosotros tranquilos, sin gritos;
  • Formular el límite de manera positiva, por ejemplo “Habla bajo” en lugar de “¡No grites!”;
  • Desaprobar la conducta, no al niño.

         Es tan perjudicial la falta de límites como el exceso de los mismos.
         La falta de límites produce hijos que hacen todo el tiempo lo que desean, no pueden esperar; son chicos que pueden sentirse no mirados o no queridos.
         El exceso de límites genera hijos con miedo, inhibiciones y bronca.
         El límite con un perfil educativo facilitará el entendimiento del mundo, habilitando la capacidad de preguntarse y crecer.
         Hay que tener en cuenta que la finalidad del límite no es el total acatamiento solamente, sino la posibilidad de aprender y la responsabilidad por las propias acciones.


Lic. Julieta Gagliardi (Psicopedagoga)
Lic. Natalia Pozzi (Psicóloga Infantil)